MONOLOGO DE JOSE ANTONIO ANZOATEGUI
ANZOATEGUI contándose a sí mismo en el Más Allá
Salí de este Mundo con este mi uniforme de General de División
Un hecho que me ocurrió
en plena fiesta de doble celebración,
la de la Batalla
de BOYACA, y la de mi cumpleaños
el treinta.
¡Morí, Sí, en 1819! Y no
por un disparo, no por un lanzaso, No!
No, no hubo la valentía de un hombre
enfrentándome en batalla!.
¡Cobardemente ordenó mi asesinato ¡Sí! Por su
insana envidia!
Nací en la Barcelona de Venezuela un 14 de noviembre de 1789.
¡Sí! El mismo año de la Revolución Francesa.
Y en 1783 nació
mi General Bolívar, un 24 de julio.
Ya tenía él seis
años, cuando me tocó a mí venir a este mundo.
¡BOLIVAR siempre adelante, Sí!
Y la admiración, que desde siempre sentí hacia El Libertador,
nace de mi convicción de que es el único hombre que logra
dar libertad a nuestra Patria, y la aspiración esencial de toda
mi vida fue ayudarlo
a liberar a Venezuela colaborando
con mi
esfuerzo y mi
experiencia a lograr liberar a
SURAMERICA
de las absurdas y crueles
cadenas con que el Imperio.nos
oprimía.
¡En BOYACA junto a BOLIVAR
vimos hecha realidad una
primera parte de su Sueño,
y que, también,
hicimos nuestro!
¡Quiero ahorita, recordarme y contarme
los hechos históricos!
Empezaré por la Segunda
República...1813 y 1814.. Y Bóves.
Tengo atesorado en mi memoria, un hecho, el de Mosquiteros.
Campo Elías recibe de mi General Bolívar
la orden de con
el
Batallón Barlovento trasladarse
a Villa de
Cura
Fue cumplida con toda prontitud la misión, y para
los primeros dias
de octubre de aquel año de 1813,
ya tenía a su mando mil infantes
y mil quinientos jinetes, con los que salimos
en busca de Boves.
Llegamos al Valle del Guárico, y en
el lugar llamado Mosquiteros,
cercano a Calabozo,
encontramos a Bóves, con quinientos
hombres
de Infantería, y dos
mil de Caballería .
ANZOATEGUI
hace una pequeña pausa
A ver! Bóves no rehuyó el encuentro, antes bien, con el ímpetu que
distingue sus cargas disparó el grueso de su Caballería sobre nuestra
ala izquierda. Confió
Bóves en esta maniobra sobre los flancos,
cosa que, en un futuro, le dará resultados decisivos... Esta vez,
solo
consiguió un instantáneo retroceso.
Yo observé como Campo Elías, contuvo su centro y su ala derecha,
dio tiempo que los jinetes de Bóves queden separados de sus fuerzas.
Y en el momento preciso, nos ordenó a Ustariz y a mí, una carga
arrolladora con toda la Infantería. Y él mismo Campo Elías se
precipitó a la cabeza del resto de sus tropas en un choque irresistible.
Logró Bóves escapar junto a
Morales apenas con
unos treinta jinetes.
ANZOATEGUI
con entusiasmo, proseguirá
¡Sí! Veo en este instante y con todo
detalle, los Valles
del Tuy.
¡Allí fue donde me incorporé a las filas del Ejército
Libertador!.
¡Sí! Allí realmente comenzó
mi carrera de Soldado...
¡Sí! Con mis galones de Capitán
cumplí el 14
de octubre de aquel
año de 1813, la para mí muy memorable, jornada de Mosquiteros.
¡Nada menos que
venciendo a Bóves!.
Consideraré, Mosquiteros
como mi primer gran combate. ¡Sí!
¡Allí comencé los seis años más importantes de
mi vida,
y
fueron seis
años los que
integrarán mi vida militar, ¡Sí!.
Eso fue batirse, ¡casi a
diario, Sí! ¡Y cada vez con mayor brío, con
mayor capacidad, con mayor
valor, Sí! La trayectoria de mi
vida
que
culminó, pues, en Pamplona, como General de División.
Pausa
meditativa de ANZOATEGUI
Y es que de Capitán a General
de División
hay seis grados, y
yo, los alcancé uno a uno, con algo de heroísmo y
también, con algo
de inteligencia, pero fue
debido al... ¡y lo puedo jurar! fervor patrio
que de siempre fue animando
¡mi espíritu de
guerrero indetenible!
Subiendo
el tono de voz
Con el ímpetu de mis cargas crucé esas
llanuras ¡seiscientas
veces!
Yo,
José Antonio Anzoátegui, Yo... me
consideraba un ciudadano útil
a mi patria amenazada, y yo estaba
dispuesto a todos los sacrificios!
¡Vivía por entero el cumplimiento de la elevada misión de libertarla!
¡Sí! ¡Este accionar era lo único placentero para mí! Y todo lo demás
alcanzar fama, escuchar aplausos, todo eso, me importó muy poco!
Reflexionando...ANZOATEGUI
Mi más gran dolor era ver a mis compatriotas sumidos en
espantosa
miseria...Eso me impulsaba a alcanzar
mayor capacidad en la guía
de mi Infantería, en poseer
todos los secretos del arte de la guerra.
¡En los momentos de mayor peligro...mi ley era impulsar la valentía!
Ahora quiero
es contarme, a mí
mismo, varios hechos históricos.
Me ordeno recordar la Batalla de San Carlos,
1º de abril de 1818.
Llega Bolivar
con su Estado Mayor a Calabozo.
Páez decide marchar con su ejército en dirección a El
Pao
En ese Ejército voy yo al frente de la Brigada de Infantería.
El dos de mayo del
18 comienza la batalla de San Carlos.
Fue la última batalla en la
que tomé parte... ¡en Venezuela!
Páez, era el
General más conspicuo... después de El Libertador.
La Torre, lo era
entre los hispanos... después de Pablo Morillo.
¡De ahí la importancia de la batalla
que allí se libró!. Páez ordena
colocar la Infantería, en dos
filas, en formación
de batalla.
A la derecha, su Guardia de Honor, comandada por Muñoz.
A la Izquierda, los
húsares de Iribarren.. El resto de la Caballería
a las órdenes
de Juan José Rondón y de Leonardo
Infante.
El plan de Páez consistió
en que la Infantería, sin disparar un tiro,
esperara que el
enemigo estuviera muy cerca;
él rompería el fuego,
cargando con su Caballería contra la
Caballería realista, de seguidas
y sin perder
la formación, y ejecutando un movimiento de flanco,
buscará la izquierda del adversario a tiro de fusil, impidiendo que
éste arrollara la Infantería o tratara
de refugiarse en el bosque
o
en el pueblo.
ANZOATEGUI rememora
los detalles
Este proyecto de Páez fue aprobado por todos, pero yo opiné que el
General Páez no cargara con su Caballería contra la Caballería
enemiga, porque consideré que
su presencia allí era mucho más
necesaria para efectuar
el movimiento planeado.
Mi previsión
fue aprobada
por todos.
Y
¡Sí! ¡Puedo contarme todo
el hecho histórico!
Viene a mi mente toda la
riqueza de aquellos imborrables detalles.
Los españoles en correcta
formación avanzaron, muy
lentamente
Páez esperó
a que los contrarios estuvieran a tiro
de pistola.
La orden a las tropas de Infantería fue esperar rodilla
en tierra
con
correcta puntería, antes de disparar.
Así como,
la orden a la Caballería de los flancos, ¡fue avanzar
después
de la primera
descarga de nuestra Infantería!.
Estas admirables disposiciones le hicieron decir a La Torre:
"Los rebeldes nos esperaron con una serenidad que
jamás
se ha visto, hasta cuarenta
pasos antes de hacernos fuego"
Pero... el General Páez olvidó mi precisa recomendación.
Y cargó con la Caballería a
la cabeza de su Guardia!
Y el General Páez, en el ardor
de la persecución llegó
hasta ¡la retaguardia del enemigo!
en las operaciones
secundarias... se entretuvo demasiado
¡Descuidando al resto
de
sus
tropas!.
La resistencia de mi Infantería
fue notable al soportar
todo el empuje
del
grueso de las fuerzas hispanas...
siendo mis efectivos reducidos
al máximo.
El General Páez nos había dejado
solos...
Solos en la primera línea de batalla.
Desde la retaguardia
del enemigo, Páez pudo ver
la
destrucción de su Ejército,
siendo él el único culpable!
.
Los soldados de La Torre,
igual que los míos,
hicieron prodigios
de valor bajo el
nutrido fuego. La Torre con un pie destrozado
fue conducido por dos hombres
hasta que perdió el conocimiento.
El General Páez dándose cuenta de su falta,
volvió impetuoso
y amenazante
con sus Escuadrones de Caballería,
¿acaso a ponerle remedio a esta situación?.
Su extemporáneo esfuerzo
no tuvo otro resultado que mi salvación,
¡y la de
tan sólo cien hombres de nuestra Infantería!.
Mi Brigada de Infantería al inicio
sumaba seiscientos hombres
compuesta por el
Batallón Apure y el Batallón Sagrado.
¡Quedando tan
solo cien infantes
al final
de la Batalla!
La Torre entra al pueblo en una
hamaca, con su ejército triunfante,
puesto que se llevaban casi todos nuestros fusiles, y mil
quinientas
bestias, doce cargas de municiones y cuatro
banderas.
Esta acción de Páez
fue tan nefasta
para nosotros los
republicanos
como la de El Semen.
Aunque Páez culpó de los resultados a nuestra Infantería. Y arrestó
y trató de
enjuiciar a varios
Oficiales de mi Brigada,
llegando
hasta el extremo de manifestar
a El Libertador que con excepción
de Anzoátegui, ¡todos todos los Oficiales de la Infantería
merecerían ser fusilados!
¡Olvidó el General Páez lo prometido! ¡Y
cargó con su Guardia!
Y todos sufrimos las
consecuencias de este olvido...
"No hay hombre cuerdo
a caballo" fue a
única justificación que Páez
dio a su error.
Y esta simple frase no basta para disculparlo.
Si él hubiese cumplido su promesa...Y es más, si hubiese
actuado como
un
General que dirige una batalla, y no cual Jefe
de Escuadrón,
la suerte de La Torre hubiera sido pero
que muy diferente.
Y para
nosotros ¡esa
Batalla hubiera
sido victoriosa!.
ANZOATEGUI aquí el tono será un tanto especial
A ver si, retrocediendo en mis
recuerdos Yo,
de Mayor, ya en 1815,
y con mi
General Bolívar, seguimos a Cartagena, cuya plaza
rodeamos.
Pero, Castillo
con su intriga y en unión de Mariano
Montilla, decide, en conducta
incalificable, desobedecer las
órdenes de mi
General Bolívar, desconociendo su autoridad.
Decepcionado en lo más hondo por la hostil ingratitud de aquellos hombres
que siguen el
ejemplo de Castillo...
¡Mi General Bolívar se decide
por renunciar al mando!.
Y es cuando decide viajar a Jamaica... Y yo,
claro, opto por
acompañarlo.
Llegamos a Jamaica,
en compañía de tan solo Briceño
Mendez, ya que,
otros de nuestros compañeros no
pudieron embarcarse,
por la
carencia absoluta de recursos.
Desde allí es que escribe
su visionaria Carta del seis de setiembre de 1815.
En la que nos dice:
El velo se ha rasgado y hemos
visto la luz
Y se
nos quiere volver a las tinieblas; se han
roto las cadenas, ya hemos
sido Libres, y nuestros enemigos pretenden de
nuevo esclavizarnos.
Porque los sucesos hayan sido parciales y alternados,
no debemos desconfiar
de la fortuna.
¿No está el
Nuevo Mundo entero
conmovido y armado
para su defensa?
Esa su Carta de
Jamaica, contiene tesoros inolvidables para
mi memoria...
ANZOATEGUI
continúa contándose:
¡Sí! Es
en un amanecer, estando los dos en una
de aquellas blancas playas,
que lo oigo exclamar:
¡No estoy pensando sólo en libertar a Venezuela,
no!
¡Después de liberarla, liberaré
a la Nueva Granada y llegaremos a Quito!
¡Con las naciones de igual bandera formaremos una sola Nación!
¡Luego,
liberaremos al Perú, y al Altiplano Andino!
¡Y es que también,
ayudaré a liberar a las provincias de Río de
la Plata!
ANZOATEGUI
con voz plena de orgullo bolivariano
Sorprendido y lleno de orgullo quedé yo, al oírle pronunciar aquellas ideas,
en aquella soledad de Jamaica,
al hombre que acababa de sufrir la pérdida,
no de una, sino de dos Repúblicas.
¡Y se afincó aún más profundamente mi convicción de que mi General Bolivar
era el único que lograría
traer la Independencia para toda nuestra América!.
¡Sí! Y no
habrá quien se maraville más que yo,
de su entereza de ánimo,
de aquella inflexibilidad de carácter,
que supo reaccionar virilmente
frente
a las adversidades. ¡Que no
desistió jamás de sus propósitos!
Ni ante la
incomprensión, ni ante la
ingratitud manifiesta, ni aún cuando,
las fuerzas adversas que a estos se oponían,
fueran de todo punto superiores
a las fuerzas que él disponía
para combatirlas.
ANZOATEGUI
en tono confidencial
Y es cuando decide que debemos
irnos a Haití, a reunirnos con muchos otros
de nuestros compatriotas. Y se
sienta a escribir. Le escribe una
primera carta
a Alejandro Petión, Presidente de Haití., de la que recuerdo,
ya que me la
había dado a leer, este fragmento
que mucho había llamado mi atención.
"Tengo la esperanza, señor
Presidente, de que nuestra afinidad de sentimientos
en defensa de los derechos de
nuestra patria común, me granjeará por
parte de
V.E. los efectos de su inagotable
benevolencia hacia todos aquellos que
nunca
recurrieron a ella en vano ".
¡Sí! Así le había escrito Bolivar a Petión. ¡Nuestra afinidad de sentimientos!
¿Y por qué tendría él esa percepción, esa seguridad, esa esperanza de que sus
sentimientos fueran afines a la defensa de la Patria? ¡Y es que así mismo fue!
Estábale reservada la gloria de
contribuir a la emancipación de gran
parte de
nuestra América, sin duda, a este hombre Alejandro Petión, quien al escuchar
de Simón Bolivar su deseo de una Expedición a Venezuela, inmediatamente
y
con gran generosidad le dió
todo el apoyo en armas, en hombres,
y toda
la logística para llevar a feliz término, ¡y no una, sino dos
Expediciones!
Petion fue el alma de las Expediciones. No sólo por la valiosa ayuda material
Sino que cuando Montilla quiso batirse con Bolivar... Mariño con Brión...
Piar con Rafael Lugo...
Ducoudrey Holstein con Soublette... Fue la
autoridad
de Petión, su ascendente moral sobre los compatriotas en destierro,
lo que
influyó en sus ánimos
para disipar las disidencias y hacerlos volver a la realidad
republicana.
¡Sí! Recuerdo la claridad de inteligencia de
este ilustre haitiano, quien les
advertía de cómo debían
reservar aquel coraje para emplearlo
contra los españoles humilladores de su Patria
y enemigos de la libertad.
En Puerto Principe se despide de
Petión Simón Bolívar agradeciéndole
todas sus bondades y prometiéndole
un
monumento a su generosidad .
Alejandro Petión abrazándolo le dice: Mi único deseo es el
de ver libres
a los pueblos
que gimen bajo el
yugo de la esclavitud..
¡Sólo le pido que libertéis a mis hermanos!
ANZOATEGUI
con fuerza va explicando
Este es el deseo más ferviente que anida en el corazón generoso de Petión
¡Saber a sus hermanos libres del
peso de la esclavitud! ¡Sí! Por haber sufrido
la transportación desde su patria
milenaria en África, a ese nivel de esclavitud,
hasta esta isla del Caribe, trasportación inhumana en todo sentido y sufrida
por tres siglos por todos los negros y heredada por los mulatos de Haití,
por la huella que deja ese
terrible desgarramiento en el ser interno del
que fue esclavizado, y desde
el primer momento de su Independencia,
es que todos ellos decretaron que todo
ser sea libre, al no más pisar
territorio haitiano, ¡nunca jamás será esclavo!
Con
mayor fuerza ANZOATEGUI
Esto lo internalizó BOLIVAR al convivir más de seis
meses con los haitianos
en estas tierras mientras se preparaba la Expedición de Los Cayos para volver
a Venezuela, a libertarla del Imperio español..
Para todos los descendientes de aquellos esclavos, los ahora Haitianos,
¡ya nadie más podía ser esclavizado,
nadie más!.
¡Sí! ¿Luchar
hasta dar la vida para ser libres, nosotros, del poder español
y no liberar
al mismo tiempo a toda esta gente
nuestra que sufre de la mayor
de las injusticias que pueda
haber?
¡Sí! ¡Tener esclavos es justamente lo contrario de lo que nosotros queremos!
¡Queremos ser libres en este
territorio y que todos en este Continente lo sean!
¡Y Sí! Simón Bolívar, el 2 de julio de 1816,
apenas llegamos a Tierra Firme,
y en Carúpano, por Decreto proclama ¡la libertad absoluta de los esclavos!
"Considerando que la Justicia,
la Política y la Patria reclaman imperiosamente
los derechos imprescindibles de la naturaleza, he
venido en decretar, como
decreto, la libertad absoluta de
los esclavos que han gemido bajo el yugo
español en los tres siglos pasados".
¡Sí! Y en Ocumare en su Proclama del 6 de julio de aquel mismo año de 1816
"Esta porción desgraciada de nuestros hermanos que han gemido bajo las
miserias de la esclavitud ya es libre. La naturaleza, la justicia y la
política
piden la emancipación de los esclavos: de aquí
en adelante sólo habrá
en Venezuela una clase de
hombres, todos serán ciudadanos".
¡Sí! Y es que en el Discurso que pronuncia el 15 de febrero de 1819, en el
Congreso de Angostura, insiste Simón Bolívar exclamando: "La esclavitud
rompió sus grillos y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos,
de
hijos agradecidos los que convierten los instrumentos de su cautiverio en armas de
libertad. Y
al final de ese histórico Discurso, vuelve
a insistir diciéndoles::
¡Yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos,
como imploraría por mi vida y por
la vida de la República".
Y
ANZOATEGUI con claridad de historiador
A ver ¡Sí! Mi mente y mi corazón dirigen los pensamientos hacia el hecho
supremo de la libertad de Nueva Granada. Estoy,
pues, en pleno año 19.
El Libertador ordena la concentración de
tropas en Mantecal.
Y allí en un mísero rancho de paja,
sin mesa ni sillas, sentados en las testeras
de las reses que pocos
días antes se habían comido las
tropas españolas,
plantea el prodigioso plan que tuvo como consecuencia la
libertad de Nueva
Granada haciendo posible la de toda
nuestra América.
Alguien objetó la abrumadora
distancia más la inclemencia de la estación de las
lluvias para tramontar los llanos venezolanos y la
Cordillera de Los Andes.
Pero nosotros, Soublette y yo Anzoátegui, apoyamos
enérgicamente la tesis
de nuestro Libertador, y se
obtuvo la aprobación por unanimidad.
ANZOATEGUI
con orgullo del bueno prosigue
Concentradas las tropas, se me dió a mí, José Antonio Anzoátegui, el mando de
esta División, que fue llamada de Retaguardia .
Estuvo compuesta esta
División, ¡Y es que sí, recuerdo todas las Unidades!
El batallón Rifles, al mando del coronel Arturo Sander.
El Batallón Barcelona, al mando del Coronel Ambrosio Plaza.
El Batallón Bravos de Páez, comandado por el coronel Cruz Carrillo.
Un Batallón de tropas
inglesas, la Legión Británica, comandado por
el coronel Jaimes Rook.
Un regimiento de Caballería, o Guías de Apure, al mando del
coronel Hermenegildo Mujica.
Dos Escuadrones más de
jinetes, comandados por
los coroneles Juan José Rondón y
Leonardo Infante.
El cuerpo de Carabineros de la
Guardia, comandando por el coronel
Julián Mellado.
Y una batería de artillería, comandada por el coronel Bartolomé Salóm.
Con esta División, constante de dos mil ciento ochenta y seis hombres,
nos ponemos en marcha el 26
de mayo de 1819. ¡Así mismo
fue!.
ANZOATEGUI desde su corazón expresa su dolor
¡Se niega mi mente y mi
corazón a recordar los detalles de los sufrimientos
y las tremendas dificultades de
esta marcha a través de los llanos
inundados,
las crecidas de los caudalosos ríos, el azote de las lluvias y el viento cortante
de los páramos!
Todo aquel Ejército rendido de fatiga en el interminable ascenso, sin posible
descanso, ya que éste significaba la muerte...por el frío glacial del páramo.
¡Trescientos de nuestros
hombres quedaron sembrados en esos farallones!
Se perdió todo el ganado para la
subsistencia y parte de la
caballería.
Pausa...
ANZOATEGUI recobra el entusiasmo guerrero
¡Ya estamos en Pantano de
Vargas, es 20 de Julio, pues!
Mi General Bolívar necesita ganar tiempo y espacio, antes de
que lleguen
de Venezuela refuerzos a los realistas, y avanza resueltamente en dirección
al enemigo,
obligándolo a salir de sus posiciones.
Y con cuánto
orgullo recuerda mi mente
lo que el
propio Comando
realista se encarga de hacer notar ¡el
heroísmo del ejército republicano!
Y es que dicen: "Su
destrucción era inevitable
y tan completa,
que,
ni uno solo hubiera podido escapar de la muerte.
¡La desesperación les inspiró la resolución
sin ejemplo!
"Su Infantería y su Caballería, saliendo de los abismos en
que se hallaban,
treparon por aquellos cerros, con furor incontenible! Nuestra Infantería que
por su ardor excesivo y por lo escarpado de la
posición, se encontraba en
desorden, no pudo resistir sus
fuerzas. Sin embargo, les disputó palmo a
palmo
el terreno, y cedieron
la posición después de una obstinada defensa".
ANZOATEGUI exclama
¡Es este el elogio
del enemigo! ¡Sí!
Y de allí, pasamos a la Batalla de Boyacá, que da comienzo el 1º de Agosto,
y siguen diferentes movimientos de tropa... los días, 3, 4, 5, y 6... .
¡Sí! Estoy al mando del centro y la derecha
republicana,
y recibo la orden de mi General Bolívar ¡de
lanzar el ataque a fondo!.
Los Batallones Rifles y Legión
Británica emprenden el movimiento
por
La Cañada del Norte... ¡al mismo tiempo que Lanceros
pasando entre La Legión y el
Barcelona., busca como objetivo la Artillería realista cuyos fuegos estorban el
paso de mis hombres!.
Bajo la presión de este ataque la derecha y el centro realista precipitadamente
ceden sus posiciones y se establecen en las
alturas occidentales de
retaguardia.
Guiados por mí... ¡los
patriotas aceleran el movimiento de avance!
Rifles se extiende por la
izquierda hasta envolver virtualmente
la derecha realista
en su nueva posición. Y La
Legión Británica igualmente. va
hacia adelante.
Barcelona empeña
vigorosamente todos sus efectivos
contra la extrema
derecha del
centro enemigo.
Y
Bravos de Apure con Dragones avanzan resueltamente de norte a sur.
ANZOATEGUI
con entusiasmo indetenible explica...
La acción de todos estos Cuerpos decide la Batalla ¡Sí!
¡Lanceros domina la última resistencia opuesta por el
2º de Dragones!
¡Sí! El Ejército
realista, completamente batido y en desbandada, mas las vías
de retirada tomadas por nosotros, debe capitular. Barreiro capitula, junto a
su Segundo, y mil
seiscientos, entre Oficiales e individuos de tropa. ¡Sí!
El triunfo de BOYACA permite a nuestro Libertador llegar sin ninguna
resistencia a Santa
Fe de Bogotá, ciudad que ocupa
el 10 de agosto de
1819, junto a tan solo dos Escuadrones de Caballería.
El Virrey Sámano huye
con su escolta, al saber de la aproximación de Bolivar,.
retirándose hacia Honda. Siendo perseguidos por algunos Oficiales y tropa.
¡Sí! ¡Todo mi espíritu vibra al rememorar, y es
que visualizo en verdad,
todo el hecho histórico de esta mágica Batalla de Boyacá que quiero contarme!
Y es que vuelvo a ver a mi General Bolívar... quien había perdido el 40 %
de sus efectivos en la marcha de mucho más de sesenta días en los llanos de
Apure y Casanare, y en el Paso de los Andes... Y es que
logra en Sogamoso
completar los efectivos de sus Cuerpos...creando nuevas Unidades.
¡Es que lo veo realizando esta
sorpresiva estrategia al Comando
realista!
Tomando la Batalla de Boyacá desde el punto de vista táctico, mi General
Bolívar no ha descuidado ni un sólo detalle de su acción directiva. ¡Sí!
Siguió cada momento
la marcha de Barreiro, y con
toda precisión movió
sus tropas marchando
en perfecto enlace, en busca del enemigo.
¡Sí! Mi General
Bolívar ordenó el ataque en toda la línea de retaguardia
después de disponer el
movimiento inicial de Bravos de Páez, constituir la conveniente reserva, y mantener
su dirección en el desarrollo.
Rifles, La Legión y Barcelona se destacaron por su decisión y disciplina,
¡siempre atentos a mi acción consciente y resuelta! ¡Sí! .
¡Sí! Lanceros,
comandado por Juan José Rondón y por Leonardo Infante,
se hizo notable por sus
cargas contra la Artillería en terreno completamente accidentado, impropio
para el empleo de su arma específica,
la Caballería.
Lanceros impuso respeto, primero,
a 2º de Dragones.
¡y luego los desbandó
con sus impetuosas cargas!.
ANZOATEGUI
De nuevo, rememoro la frase de Morillo a su Ministro de Guerra, a propósito
de la Batalla de Boyacá:
¡Bolívar en un sólo día acabó con el triunfo de cinco años de campaña
y en una
sola batalla reconquistó
lo que las tropas del Rey ganara
en muchos combates!
ANZOATEGUI con
pleno orgullo
Con Boyacá, llegué yo,
Anzoátegui, al apogeo de mi carrera militar.
En el mismo campo inmortal de
Boyacá, recibí del propio Libertador
mi ascenso a
General de División.
Y días más tarde me nombró
Comandante del Ejército del Norte, el
más numeroso e importante que para ese
entonces poseía la República. .
Después de
un pausa...
ANZOATEGUI en tono de
confidencia
Al comienzo de esta conversación conmigo mismo dije:
Vine a este mundo el 14 de noviembre de 1789, ¡Sí!
Cuando ya Simón Bolívar tenía seis
años...
Ahora me digo... cobardemente me hicieron salir de
este mundo.
¡Ajá! Y Sí! Morí
justo en la celebración de mis 30 años!
Me trajeron la muerte el 15 de noviembre de 1819, en plena fiesta.
¡Sí! Y es que
estábamos celebrando la
victoria de Boyacá! ¡Ajá!
Estando yo rodeado de muchos de mis mejores amigos. Estaba
Diego Ibarra, estaba
Jacinto Lara, estaba José María Ortega, y
muchos Oficiales de alta
reputación militar neogranadinos
Llegué a probar el... ¡Sí! ¡Sí! Fue al
tomar el primer brindis.
ANZOATEGUI
esta frase la dirá en tono irónico
Casi que...casi que... ¿no debería yo quejarme,
será?
porque inmediatamente comencé a
sentirme mal, y logré pedirle
a Diego que me ayudara a atender a todos los invitados
al banquete,
pues yo debía retirarme....
Muerto ya, pude ver cómo corrieron alarmados a la cabecera de
mi cama. Y comprobé que uno de ellos, simulaba, porque
no
estaba realmente afligido, como sí lo estaban todos los
demás.
¡Justamente fue el
que me tendió la copa del primer brindis,
cumpliendo a
cabalidad con el mandato de traerme
la muerte!.
Yo, Anzoátegui que por seis
años estuve en el centro de tantísimas
Batallas, en guerra a muerte contra el
ejército Imperial, en feroces
combates contra los realistas, los que jamás pudieron cegar mi vida.
Tenía que ocurrirme a mí en aquella doble celebración, la victoria
de la Batalla de Boyacá y la de
mi cumpleaños, que cobardemente
me mandaran a matar... ¡que me mataran tan cobardemente, pues!.
Cobardemente ¡Sí! planeado con tanta frialdad, saber que no habría
posible defensa de mi parte contra el que deseó,
lleno de envidia,
el nombramiento,
decidido por Bolívar
nuestro Libertador, a mi...
como General de División y Comandante del Ejército del Norte.
El Ejército más numeroso
e
importante de nuestra
República.
.
. Pausa
tensa de ANZOATEGUI
Pude rondar un tiempo por esos
lados...
Pude leer la carta de José María Ortega Jefe
del Estado Mayor de mi
División y quien le escribió a mi General
Bolívar la infausta noticia
Y pude ver a mi General Bolívar, quien abrumado
al leer esa carta,
exclamó: ¡Habría yo preferido la pérdida de dos batallas, a la muerte
de Anzoátegui! ¡Qué soldado ha perdido el Ejército!
Y ¡qué
hombre ha perdido la República!
Y pude ver y escuchar a mi Libertador entristecido cavilando
por la
necesidad de reemplazarme, y yo,
con gran orgullo, lo oí exclamar:
¡Qué difícil es reemplazar
dignamente un hombre como Anzoátegui!
Y pude volver a ver mi cuerpo
¡Sí! Yo estuve allí, entre mis
amigos.
cuando mi cuerpo
fue enterrado en la Iglesia
Catedral, hacia el lado
derecho del altar mayor, frente a
la tribuna donde se canta el Evangelio.
Allí estuve ¡Sí!
Pero no por mucho tiempo ¡y lo digo porque
lo sé!
Aquel mi cuerpo físico de guerrero indetenible pasó a
otra dimensión.
La Catedral de Pamplona fue derrumbada por la
misma onda sísmica
que destruyó la ciudad de San José de Cúcuta.
ANZOATEGUI prosigue
Ahora, tengo que decirme y me lo digo a mi mismo ¡Yo, José Antonio
Anzoátegui, llegué a cumplir 30
años! ¡En esta vida hice siempre
lo que más anhelaba !
¡Ser útil a
mis conciudadanos venezolanos!
¡Y no fue poca cosa llegar a ser
ese ser que hice de mí!
¡Hasta pudiera llegar a ser ejemplo en Venezuela, en Nuestra América,
de aquellos que seguirán luchando junto
a
El Libertador por
la
Independencia total!
Bolívar será
seguido como Faro de Luz, como
Río de Ideas!
Monica
Chalbaud
21.04.2011 .
.
Al leer estas líneas, 200 años se aprecian muy cerca, Honor y Gloria a José Antonio Anzoátegui, digno ejemplo para los venezolanos de corazón. No deben estar íngrimos y solos.
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