miércoles, 10 de agosto de 2016

No estaban íngrimos y solos. Parte IV

 Monica  Chalbaud

            CONTAR  SOBRE  UN DESCONOCIDO  LEONARDO INFANTE    

Es  apasionante  la Historia de Venezuela, y es  un reto  para mí     dejar  de ser 
un desconocido...Ese niño de apenas cinco años y  enamorado  de  la  más bella 
niña  de todo Chaguaramal  y tengo que usar   toda mi imaginación  para llamar
su atención,  yo la sigo por todas partes,  y le  invento   cuento tras cuento  para 
que  sus   ojos  se fijen en mí...  Está clarísimo   en mi cabeza    lo que  significa
no poder  ser su novio...Persisto   en intentar serlo   porque   tengo  la  suerte  de  escuchar  la conversa   de los llaneros  por las nochecitas    que  aseguran  haber
luchado  con caimanes de 30 metros y de  cuentos de  aparecidos... Lo malo  fue 
que Juana desapareció de por estos lados...A Juana  y a su mamá, la  Guadalupe, 
las vinieron a buscar  para  llevárselas a la Hacienda...A mí, pues, me tocó llorar.
Pero  uno tiene alma,  cabeza  y cuerpo  de  llanero  de  guerrero   y   de  lancero.

Y yo,  pues,  ya  con mis dieciocho años, pertenezco a los Lanceros  del  General
Zaraza...Ya  estoy  bien  entrenado  en cuanta  batalla  ahiga   contra  los realistas
Esa mañana  creí estar  soñando   en la batalla de los Altos de los Godos, frente a
Maturín...cuando  la volví a ver...a mi Juana   la bellísima,  al frente  de  un grupo
de  mujeres,   y  nada menos    que   atravezando   las líneas  de los realistas.
Y ese poco de mujeres  le  gritaban     Juana!  Juana!  Juana!         ¡Ella  al mando!
¡Mi Juana,   toda una  heroína    de  machete en alto,  llevándoles   las municiones  
a   un   grupo de  patriotas!
Fue inolvidable,   para    ella   y para mí...la  victoria    del  25  de Mayo  de 1813
Primero,   porque   celebramos   el haber    derrotado   al mismísimo Monteverde!
Y segundo,  porque    después    de   tantos años de ausencia,   volvimos    a estar
juntos de nuevo,   la   Juana Ramirez    y  el  Leonardo Infante,   ya  un hombre!   ..







Sin más preámbulos, un 25 de mayo de 2011,  coincidencial y
mágicamente  ahora,  y  aquí mismo,  yo  voy   a escribirles,  a  
comenzar,  el  Monólogo de    LEONARDO INFANTE..


Quisiera   que este  Monólogo  llegara a los jovenes estudiantes  de
la  Universidad  Militar,  de  la Universidad  Bolivariana,  de  todas
las Universidades,  incluso a  los dos últimos años  de  los Liceistas 
Oigamos la potente y profunda voz de Leonardo Infante  ¡Adelante!


                                               Y nos  lo dice    Jose Manuel Briceño Guerrero:
                                               Veo que para ser hombre ( o mujer) en plenitud,
                                               para morir   como hombre ( o mujer)  completo,
                                               para  haber sido,   debo   convertirme en palabra.
                                               Contar... para existir.             Ser... es   ser dicho.
                                              .           
                                              


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